Todos los adolescentes se sienten aburridos en numerosas
ocasiones cuando están en clase. Albert Einstein actuó en consecuencia y dejó
la educación (“Es un milagro que la curiosidad sobreviva a la educación reglada”)
Cuando éramos pequeños los adultos nos suelen decir “No, No”
“Bueno” “Malo”. Según numerosos estudios, el cerebro no tarda 9 meses en
activarse, sino en millones de años, en nuestra memoria genética. Cuando nos
presentamos ante diversos estímulos, estos despiertan, y si no lo hacen en determinado
momento, desaparecen. Por ejemplo si a un niño no se le expone al lenguaje
antes de los 8 años, seguramente no aprenderá a hablar.
Debemos dejar que los niños jueguen, no solo cuando son
pequeños, ya que el juego, es algo más que un juego.
En la adolescencia, muchas de las conexiones perdidas en la
infancia se rompen y modifican. Los padres nos indican la forma que creen ellos
que se hacen las cosas, pero ellos necesitan hacer las cosas a su manera. La adolescencia es la etapa en la que se
generan las personalidades. Si permitimos que su curiosidad innata se
desarrolle haremos que los adolescentes estén deseosos de aprender.
La
adolescencia no es un problema, es una oportunidad
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