5 de marzo de 2012

Nacidos para aprender

   Todos los adolescentes se sienten aburridos en numerosas ocasiones cuando están en clase. Albert Einstein actuó en consecuencia y dejó la educación (“Es un milagro que la curiosidad sobreviva a la educación reglada”)
   Cuando éramos pequeños los adultos nos suelen decir “No, No” “Bueno” “Malo”. Según numerosos estudios, el cerebro no tarda 9 meses en activarse, sino en millones de años, en nuestra memoria genética. Cuando nos presentamos ante diversos estímulos, estos despiertan, y si no lo hacen en determinado momento, desaparecen. Por ejemplo si a un niño no se le expone al lenguaje antes de los 8 años, seguramente no aprenderá a hablar.
   Debemos dejar que los niños jueguen, no solo cuando son pequeños, ya que el juego, es algo más que un juego.
   En la adolescencia, muchas de las conexiones perdidas en la infancia se rompen y modifican. Los padres nos indican la forma que creen ellos que se hacen las cosas, pero ellos necesitan hacer las cosas a su manera.  La adolescencia es la etapa en la que se generan las personalidades. Si permitimos que su curiosidad innata se desarrolle haremos que los adolescentes estén deseosos de aprender. 
La adolescencia no es un problema, es una oportunidad

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