21 de febrero de 2012

Evitar la Triangulación


Casi todas las parejas se enfrentan a una manifiesta falta de recursos y habilidades para gestionar sus conflictos. Muchas parejas abren su relación, su conflicto, a terceras personas, sus hijos, convirtiéndolos en parte activa de una dinámica conflictiva que no les corresponde.
En estos casos, se dice que la pareja ha “triangulado” al hijo, dificultando su desarrollo emocional. La triangulación es una experiencia muy compleja y difícil, especialmente cuando el hijo es de corta edad, pues a menor edad, menores son los recursos para sostener la tensión psicológica.

 Un niño necesita de ambos progenitores en la misma medida, experimenta una intensa ambivalencia, quiere y teme ayudarles. El apoyo a uno de los dos le puede llevar a perder al otro.

En algunas triangulaciones, uno de los progenitores puede insistir tanto en el hecho  de que el padre o la madre no cumple adecuadamente con su rol que el hijo termina por asumir las funciones del progenitor. Así el hijo se involucra. Se establece una coalición, una proximidad de afectos e intereses con uno de los padres y contra el otro. 


En estos casos los mejor que se puede hacer por el bien del hijo es mostrarle nuestro amor manteniendo una actitud totalmente respetuosa con las creencias del pequeño.

La paternidad implica ser capaz de protegerlo de los conflictos que no le son propios, a dejar de lado la frustración que se pueda sentir con la pareja.

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